Nuevas Miradas - Nuevos Mundos
Los espacios núbicos y la exploración de lo inusitado
Denise Najmanovich *


Decía Proust, con inmensa sabiduría y no menos gracia, que el desafío “no consiste tanto en encontrar nuevas tierras sino en ver con nuevos ojos”. He degustado esta frase durante años y siempre me ha ofrecido nuevas aristas, mostrado otras facetas... hasta que un día se abrió una perspectiva inusitada: la renovación de la mirada es capaz de generar territorios insospechados.
En el espacio núbico de Mireya Baglietto un espejo basta para reinventar el mundo. Lo cotidiano se vuelve mágico. Caminar deja de ser una actividad automática, nuestro mundo de experiencia se abre para explorar y albergar posibilidades inusitadas.
Para algunos será solo una situación grata o sorprendente, pero también puede ser un acontecimiento mayúsculo, un punto crucial que nos permite repensar nuestra forma de ponerle el cuerpo al mundo, de darle sentido, de percibirlo y también de incluirnos en él. La experiencia núbica lleva implícita la posibilidad de empezar a darnos cuenta que no hay allí un mundo independiente sino que en cada momento se va gestando merced a nuestra actividad.
Paradójicamente, es un espejo el encargado de romper el espejismo de la representación especular. Al ser utilizado de una manera diferente a la tradicional genera un nuevo enfoque del mundo y, al mismo tiempo, evidencia nuestra participación en el proceso. En cierto sentido, podemos decir que aprendemos a caminar nuevamente, a percibir el mundo y a nosotros mismos de un modo diferente: las certezas se evaporan, como las almas en el río de Heráclito, y tenemos que aprender a orientarnos según otras cartografías, ensayar modos ni siquiera soñados para poder lograr desplazarnos en un espacio que hasta un segundo antes dábamos por “evidente” y ahora tenemos que aprender a percibir.
Decía Edmond Jabes: “Si se me preguntara cuál, de entre todos los misterios, es el que permanece por siempre impenetrable, yo respondería sin dudar: La evidencia". Sin embargo, nuestra cultura vive intoxicada con supuestas evidencias, adorando unos datos que supone objetivos (como si algo en el mundo fuera un dato en sí mismo y no para alguien en función de alguna pregunta o problema). La experiencia núbica, restablece la posibilidad de un encuentro sorprendente con el mundo, con uno mismo y nos permite experimentar la inextricable conexión del ser humano con el ambiente del que se nutre y que es también producto de su actividad.
Más acá de la claridad cartesiana, una forma nueva pugna por salir. No hay espectadores en los espacios núbicos, todos somos partícipes de un mundo que en cada instante está por advenir.

* Epistemóloga. Doctora por la PUC-San Pablo. Master en Metodología de la Investigación Científica. Profesora de Epistemología del Doctorado Interdisciplinario de Ciencias Sociales UNER. Trabaja en temáticas relacionadas con el enfoque de la complejidad, los nuevos paradigmas, y las redes. Ha publicado entre otros libros: “Mirar con otros ojos. Nuevos paradigmas en la ciencia y pensamiento complejo”. “Epistemología para principiantes”. “El juego de los vínculos. Subjetividad y Redes: figuras en mutación” y numerosos artículos en revistas nacionales e internacionales.
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